lunes, 21 de marzo de 2011

Adidas no se detiene

Como parte de su ya muy comentado lanzamiento de campaña, ahora se les metió hacer presentaciones 3D en fachadas de locales y edificios. Miren todo el recurso visual que despliegan:

domingo, 20 de marzo de 2011

jueves, 17 de marzo de 2011

acdsleeve studio, el empaque como alternativa visual

Excelente propuesta de Diseño de empaques para cds y el recurso de hacer más atractivo un elemento común: http://www.acdsleeve.com/


Los empaques atacan?

Será este el futuro de los empaques en el mundo? cada vez es más y más impresionante el recurso que hay que invertir para que el consumidor se acerque al producto, como en este caso:

viernes, 11 de marzo de 2011

el cine, el afiche y el Diseño Gráfico






Una de las grandes cualidades que tienen los afiches de cine es la capacidad minimalista y concreta de dar con pocas imágenes todo una idea global del contenido, esencia y hasta la trama de una película. Este es un muy buen recurso para empezar a adentrase en el campo de la semiótica de la imagen y aprender a ser más directo en las intencionalidad del diseño: mensaje corto y efectivo. Claro y contundente. Entendible y agradable. Llamativo y funciona.

Para eso, esta es una buen guia: http://www.icouple.sg/blog/entertainment/movies/2528

la pubertad en 1 minuto

One Minute Puberty from bitteschön.tv on Vimeo.


Un excelente relato visual de la época más melodramática de nuestras vidas.

jueves, 10 de marzo de 2011

La fotografía y la comunicación de la emoción






Fui maldecido por la naturaleza con el no saber tomar una fotografía, pero como todo castigo tiene su recompensa, aprendí a hacer de mi falencia una inspiración para a prender a conocer el valor comunicativo visualmente de la fotografía. Además he conocido excelentes inspiradores del manejo de la Imagen: Alberto Echavarría, Lyda Agudelo y Joaquin Ossa, entre otros. Todo este pajazo mental para recomendarles este sitio, excelente: http://totallycoolpix.com

domingo, 6 de marzo de 2011

Un muy buen estudio






Variado, excelente portafolio, buen manejo tipográfico y personalidad. Eso es este estudio de Portland, oregon. Inspírense. http://www.omfgco.com/property-of/scout-books/

wordmark. Otro sitio para probar tipografías.


¿Cómo se verá este titulo con esta tipografía?¿cuál será más legible?¿qué tipografía le quedará mejor a este logo? le tengo una muy buena solución: wordmark.it. disfrútela y úsela diseñador, para que vaya aprendiendo a manejar tipografías. http://wordmark.it/

miércoles, 2 de marzo de 2011

jeff canham. Typos y color




Me encontré el portafolio de este diseñador. muy buen manejo de color y aplicación bien fresca de la tipografía. Excelente rotulación. Me hizo acordar de las camisetas que nos compraban a finales de los 70´s con tipografías en movimiento, muy Disco y con mirellas para darle un aspecto supervistos, casi previendo la explosión de color y saturación de los 80´s. Muy bacano, mírenlo: http://www.jeffcanham.com/work/design/

Una excelente opción para los malditos de la tipografía


Este sitio permite poder escoger y asociar tipografías para utilizarlas en piezas de Diseño. Me parece bastante funcional y efectiva, además a aquellos que han sido maldecidos por la Diosa de la Tipografía, les va a ser de una utilidad pasmosa. Disfruten todos los beneficios del sitio y mejoren pues ese pésimo gusto tipográfico. Ya al que ni esto le sirva, pues en el Instituto Mariela los estan esperando con los brazos abiertos.

http://www.typetester.org/

Mil gracias Diego puerta por esta super valiosa colaboración

martes, 1 de marzo de 2011

No hay reglas para enseñar diseño

Excelente Artículo y una muy buena reflexión sobre los que se atreven a preocuparse sólo por ser profesores de Diseño subidos en un pedestal de ignorancia y que no han podido descubrir que su verdadera función en esta profesión es ser inspiradores, motivadores y ejemplo de amor y pasión por una carrera. SIEMPRE en la enseñanza del Diseño, estará por encima los sueños del estudiante ante las necesidades de egolatría de los profesores.

Rodolfo Fuentes

Hacen falta maestros muy respetuosos del potencial individual de cada uno de los alumnos a quienes preparan como diseñadores.

«Dont try to be original, just try to be good». Paul Rand

La educación de un (buen) diseñador no comienza necesariamente cuando éste decide formalizarla acudiendo a un centro de enseñanza. Aun sin él saberlo, seguramente comenzó mucho antes a orientarse hacia la disciplina proyectual, buscando acomodar curiosidad e intelecto a la posibilidad de crear mundos, pequeños mundos, mínimos o grandes actos de comunicación. Es obvio también que su proceso formativo tampoco termina ni mucho menos, al salir de la escuela… Los centros clásicos de enseñanza de diseño, paradigmáticos, como la Bauhaus y Ulm, la escuela suiza de Basilea, las escuelas independientes neoyorquinas como Canbrook o la School of Visual Arts, el Royal Art College de Londres, etcétera, han sembrado mojones en la programación de una enseñanza del diseño, con un notorio énfasis en lo formal y lo formal aplicado. Más cercanamente en el tiempo, este espacio de incidencia, se ha desplazado hacia el estudio de los hechos del diseño como conformadores de la cultura, asumiendo como válido el constante efecto boomerang que alimenta y retroalimenta lo que se hace con lo que se hizo, a veces resignificándolo, en ocasiones ubicándolo como componente de un repertorio cada vez más amplio de posibilidades.

Para moverse didácticamente en ese espacio se hace indispensable la aplicación de una metodología del diseño abarcativa, señaladora de caminos y sanamente caótica: la inserción en el mundo «global» de esta profesión desde una aproximación a lo sistémico, entendido como un relacionamiento horizontal y multipuntual con todo lo que conforma la existencia humana.

Los procesos formativos en «diseño» basados exclusivamente en la adquisición de un corpus de conocimientos informáticos y/o de procedimientos para la utilización de determinado o determinados paquetes de software, —típicos de las escuelas e institutos inescrupulosos que venden y certifican la ilusión del conocimiento en tres meses— son instrumentales, simples herramientas cambiantes, desechables y fácilmente aprehensibles por cualquier persona con un mínimo de formación cultural, y que a la hora de los resultados son tan ricos o tan vacíos como aquello para lo que se los utilice… Tan condicionantes como la dependencia que de ellos se desarrolle. Ese tipo de conocimiento —así como la ausencia formativa del imprescindible taller referencial— es tan ajeno al diseño como pueden serlo —sin ir más lejos—, los más profundos conocimientos en su disciplina de un ingeniero agrónomo de las razones de ser de un jardín zen.

Resulta fundamental respetar en cada individuo, su propia e intransferible cuota de creatividad y capacidad de proyectar. Como señala Gillo Dorfles al referirse —justamente— a la forma de enseñanza-aprendizaje propia del Zen, tal y como lo puede llegar a entender un occidental, se trata de «asistir al aprendizaje del discípulo»1. Buscar expandir su saber, provocando, seduciendo, mandando a barrer y a veces golpeando (metafóricamente, por favor) algún cráneo particularmente rígido en esta temática, sabiendo además que, como bromeaba Guillermo Cabrera Infante «todos los hombres son iguales, pero algunos son más iguales que otros»2.

Aprender diseño es una actividad muy seria, como también —y sobre todo— lo es enseñarlo. Ambos extremos requieren muchos años de formación, reflexión y práctica. Sumados a más años de curiosidad, búsqueda y audacia experimental, que son los elementos comunes para ambas partes del proceso educativo en diseño. La internalización de la mirada, del mirar midiendo ya no en centímetros o milímetros los elementos que utilizamos, sino en capacidades de comunicación, para las que no hay — o al menos no las podemos tener a mano fácilmente— unidades de medida. ¿Cómo evaluamos impacto, poesía, identificación, comunicación o sus inevitables opuestos? Es tan difícil como definir el concepto «calidad». Sin embargo la acumulación consciente de conocimiento nos va dando pistas para entenderlo y sobre todo, sentirlo.

El proceso de transmisión de conocimiento del diseño es para ambos, docente y estudiante, intercambio de experiencias e inexperiencias en el aprendizaje de lo que hoy día es uno de los más universales de los lenguajes y como tal necesita al mismo tiempo, asumir que «no hay reglas», una inmersión profunda en los medios y útiles y un nado preciso y muy libre en la congestionada piscina de los valores.

«No hay reglas», un concepto que no se refiere a la institucionalización de una especie de anarquía proyectual. Creatividad no es sinónimo de anarquía, así como anarquía no es sinónimo de desorden. En muchos casos no hay reglas porque no se necesitan o mejor dicho porque el ponerlas restaría posibilidades a la consigna de que, en diseño, «podemos hacer cualquier cosa».

Pero, una vez más la paradoja: hacer cualquier cosa no tiene otro significado que el de abrir totalmente las ventanas de la imaginación y tomar de lo que allí vemos, lo que a nuestro libre parecer, mejor contribuye a que se cumpla el objetivo del proyecto.

Los procesos básicos de la enseñanza de las disciplinas del diseño son muy sencillos y transparentes, tal y como lo son los rudimentos del ballet, por ejemplo: algunas posiciones básicas que se despliegan al infinito con la práctica y la suma de conocimiento, destreza y sensibilidad. Pertinencia del mensaje, conocimiento y manejo de las condicionantes culturales, presupuesto, estructura, color, ilustración, tipografía son algunos de los ejes sobre los que gira la enseñanza y por consiguiente el aprendizaje.

También, se hace necesaria la reflexión constante sobre el mundo propio, los gustos, las fobias, la música, el cine, en una palabra: el contexto personal como «container» y materia prima de nuestros métodos de trabajo. El desarrollo de la sensibilidad, práctica que no condice con una metodología formal, sino con un «seguir el hilo» que conduce a través de músicas, lecturas, películas y hasta de la contemplación de lo que sucede a través de la ventanilla del bus.

Pero al igual que no es saludable que un psicólogo o un psicoanalista se la pase analizando cada actitud o hecho que sucede consigo mismo o con quienes lo rodean, el diseñador debe tener muy claro cuando es persona común, cuando profesional, ya que es una parte la que hace posible a la otra, en el viejo juego circular de ser y hacer.

1. Dorfles, Gillo, Símbolo, comunicación y consumo. Barcelona, Lumen, 1984

2. Cabrera Infante, Guillermo, Tres tristes tigres, Seix Barral, Barcelona, 1969